La fobia a ruidos es una de las alteraciones del comportamiento con mayor prevalencia en perros y una de las que más afecta al bienestar del animal, no sólo por el riesgo físico al salir huyendo, si no por la ansiedad permanente que le genera, pudiendo llegar a ser un problema de estrés crónico.
¿Qué diferencia hay entre miedo y fobia?
El miedo es una respuesta emocional adaptativa, que cualquier animal tiene ante un estímulo desconocido como mecanismo de supervivencia.
Es normal que un perro tenga miedo a un ruido fuerte que aparece de pronto y que no conoce, pero al ver que tras el ruido no ocurre nada malo, este miedo debería desaparecer.
En cambio la fobia es una reacción exagerada ante un estímulo (no hay concordancia entre la intensidad del estímulo y la reacción del animal). Desgraciadamente cada día nos encontramos con más perros que presentan fobias ante estímulos cotidianos, esto se considera patológico.
¿Por qué aparecen?
Generalmente, hay una predisposición por causas:
Genéticas:
El temperamento tímido/miedoso se sabe que tiene una heredabilidad del 0,4-0,5, pero aún siendo tan alta, es algo que pocas veces se tiene en cuenta a la hora de escoger los ejemplares para la cría. Incluso hay razas en las que se ha seleccionado como un carácter de la misma.
Mala socialización:
La socialiación del cachorro es básica para evitar estos problemas.
En la etapa de socialización, el cachorro debe estar en contacto con aquellos ruidos que van a ser habituales en su día a día (siempre de una forma controlada y gradual, para no provocar una sensibilización a los mismos).
Muchas veces se adoptan cachorros que han vivido en el campo en su etapa de socialización con nulo contacto con los ruidos ambientes de una ciudad, al llegar a la ciudad y salir a la calle, todos estos ruidos aparecen a la vez y muchas veces en intensidad elevada.
También la separación temprana de la madre influye, se ha visto que los cachorros separados prematuramente de su madre (15 días-1mes) tienen tendencia a una mayor inestabilidad emocional, lo que les lleva a desarrollar con más facilidad fobias.
Signos y estrategias:
Los signos clínicos más comunes, son aquellos típicos de el estrés agudo y de la ansiedad:
- Midriasis.
- Hipersalivación.
- Temblores.
- Taquicardia.
- Jadeos.
- Micción/defecación,…
Estrategias más comunes que utiliza el animal para gestionar la situación:
- Huir/esconderse: es una de las estrategias más adaptativas y que mejor le ayudan a calmarse. En la terapia lo que se busca es que el animal tienda a utilizarla, yendo a su refugio cuando siente miedo y en la calle buscando a su propietario (refugio).
- Ladrar/mostrar agresividad, es un mecanismo de defensa ante una supuesta amenaza.
- Quedarse paralizado: bastante común, suele aparecer cuando las estrategias de huída no han funcionado, es la menos adaptativa. El individuo se encuentra en indefensión (no encuentran la protección necesaria y se paralizan), en casos muy severos esta indefensión puede durar días, dejando el animal de comer y beber.
¿Por qué aparece la fobia y cómo se refuerza?
1.El animal se sensibiliza más con cada exposición:
Lo primero que hay que tener en cuenta es que las fobias no suelen desaparecer por si mismas, el miedo simple si puede hacerlo tras varias exposiciones al estímulo, pero el problema de una fobia es que con cada exposición al estímulo fóbico, el animal se va sensibilizando más.
Es muy típico que cachorros que en sus primeras navidades pasaron miedo a los petardos, al año siguiente presentan una fobia severa a estos sonidos.
Cuidado con el “ya se acostumbrará”.
2.Caracterísisticas impredecibles:
El problema tanto de petardos como tormentas es que aparecen de repente (sobre todo los petardos) y su intensidad y duración varía cada vez. Esta característica hace que el perro tenga un menor control de la situación, y aumente su ansiedad (se ha demostrado que la previsibilidad de aparición de un estímulo aversivo, genera menos ansiedad).
3.Estímulos asociados:
Otro factor que empeora el problema es que el perro empieza a asociar otros estímulos a la situación y llega un momento en que pueden presentar la fobia sin necesidad de que esté presente aquello que la provocaba al principio.
Por ejemplo, bastante común:
-Perros que presentan síntomas de estrés y ansiedad cada vez que escuchan un partido de fútbol en televisión (asociación entre este sonido y petardos por celebraciones,…).
-Perros que presentas estos mismos síntomas horas antes de una tormenta (son capaces de detectar los cambios de presión que anteceden a las mismas), e incluso hay perros con fobia a los días nublados, suelo mojado,…
El animal termina por generalizar la fobia a un gran número de estímulos que estaban presentes en episodios anteriores de aparición del estímulo y muchos de ellos terminan por tener fobia a cualquier ruido, salir a la calle,…
4.Las estrategias utilizadas por el perro no suelen funcionarle:
La conducta de huída, es una estrategia típica que lleva a cabo el perro para gestionar su fobia, el problema es que normalmente con ello no consiguen eliminar aquello que les asustaba (lo siguen oyendo).
TERAPIA:
La prevención es lo más importante y lo más efectivo en estos casos. Más adelante os enviaré un artículo al respecto, pues desde las clínicas veterinarias se puede hacer una gran labor.
Terapia curativa:
Consiste en exponer al animal de forma gradual a los estímulos que provocan la fobia y darle herramientas para aprender a gestionarlo.
La exposición siempre debe ser gradual y supervisada por un profesional
La inundación (exposición al estímulo de alta intensidad, por ejemplo llevar al perro a la zona donde están los petardos para que se acostumbre) están desaconsejadas en estos casos.
El problema de estas terapias es que en el periodo en que se aplican, el individuo no debe verse expuesto al estímulo fóbico de forma “no controlada”, algo que es muy difícil en el caso de petardos y sobre todo tormentas y por otro lado que no es fácil reproducir el estímulo de forma artificial en el caso de las tormentas (existen grabaciones, pero normalmente el animal distingue que no es real).
En cualquier caso estas terapias deben aplicarse con tiempo, fuera del periodo crítico (Navidades, fiestas) y con supervisión de un profesional
Terapia paliativa:
Es la que nos ocupa en este momento, a las puertas de Navidad. Lo que pretendemos con ella es reducir al máximo la exposición al estímulo, dotar al animal de ciertos recursos para pasarlo lo mejor posible y sobre todo evitar una mayor sensibilización y por tanto agravamiento del problema.
PAUTAS PARA LA FOBIA A PETARDOS
(para cualquier perro que ya padezca fobia o animales que vayan a ser expuestos por primera vez al estímulo).
1.Evitar al máximo la exposición a aquello que provoca la fobia: lo que buscamos en esta fase del tratamiento es evitar que la fobia empeore, de modo que cuanto menos se vea expuesto el perro a los petardos, mejor.
- Lo ideal sería alejar al animal de la ciudad (poca gente tiene esta posibilidad, pero hay algunos propietarios que pueden llevarse al perro a un pueblo con algún familiar,…).
- Salir en las horas más tranquilas en que haya menos probabilidad de petardos, generalmente de día.
- Si los paseos son en ciudad, lo más cortos posible.
- Si se puede, llevar al perro al campo en coche y evitar la ciudad en esos días.
2.En casa, disminuir la intensidad de los petardos:
- Cerrando persianas.
- Con música tipo “étnica” con tambores, que tapa un poco el ruido del petardo.
3.Crear una zona de seguridad en casa:
Es muy importante que el animal tenga un lugar donde refugiarse. La tendencia de los perros a cobijarse en lugares pequeños es un atavismo (comportamiento propio de sus antepasados), que viene del uso de madrigueras de los cánidos salvajes. Esta estrategia es de las pocas que consigue disminuir el estŕes del perro y le permite calmarse un poco, por eso nunca se debe impedir al animal esconderse, ni sacarle de donde se ha escondido.
Habría que acostumbrar al perro a esta zona nueva con un tiempo de antelación:
- Lo ideal es un trasportín o una caja rígida, pero puede aprovecharse también el lugar que el animal ya escogía antes (bañera, debajo de una mesa o cama,…)
- Colocamos una manta gruesa en el suelo y otra sobre el trasportín, para amortiguar la vibración (si es una bañera se puede poner una tabla encima para que se sienta más protegido).
- La zona donde colocarlo debe ser allí donde se escuchen menos (habitaciones sin ventana, que den a patios interiores,…)
- Colocamos unos días antes allí su cama y le dejamos algún premio para que al pasar se lo encuentre y tenga tendencia a ir allí, le dejamos allí juguetes tipo kong, huesos para morder,…
4. Si el perro se refugia con el propietario, éste debe acompañarle, que vea que puede tomarle como referente.
Hay mucha controversia con respecto a este tema y de hecho en la mayor parte de manuales etología todavía suele leerse que en estos casos se ignore al animal para no reforzar su miedo.
Esta afirmación viene de un punto de vista conductista de la psicología del animal, que cree que toda conducta se lleva a cabo para obtener algo a cambio y que el refuerzo positivo de la misma
aumentará su probabilidad de aparición, pero que no tiene en cuenta las emociones del animal y el hecho de que éstas son involuntarias.
Según esta teoría, si yo acaricio a mi perro cuando tiene miedo o le doy algo de comer, cada vez tendrá más miedo, pero no es así, es imposible aumentar el miedo con caricias
Pongamos un ejemplo: si alguien tiene miedo a viajar en avión y cuando lo hace la persona que le acompaña le da la mano, no hará que esa persona sienta más miedo, si no que se verá apoyado y le será más fácil superarlo.
Otras cosa diferente es que el propietario se muestre nervioso, entonces si que puede aumentar la inseguridad del animal. La persona debe ser un refernete seguro para el perro.
5.Evitar los castigos:
El animal ve peligrar su supervivencia y hace lo que sea por salvarla, no se están “portando mal”. El castigo solo empeora la situación y hace que el perro huya de su propietario en estas situaciones.
OTRAS HERRAMIENTAS:
Thunder shirt /thunder storm:
Son unas camisetas que ejercen una presión uniforme sobre el torso del animal. Siguen los principios de los estudios sobre la reducción de ansiedad en personas con TEA (trastorno del espectro autista) en los que se ha demostrado que aplicando una presión concreta y uniforme sobre el torso se consigue disminuir los signos clínicos de estrés y ansiedad.
No existen por el momento estudios fiables (al menos que yo haya encontrado) sobre su uso en perros y gatos, aunque es verdad que la experiencia general suele ser positiva.
Puede utilizarse como un recurso más, teniendo siempre en cuenta que debe positivizarse en el animal, si no será otro estímulo estresor más.
Feromonas (DAP, Adaptil)
Existe un estudio que evidencia eficacia reduciendo ciertos signos clínicos de la ansiedad por separación en animales hospitalizados, por lo que cabe esperar que en el caso de las fobias podrían ayudar a disminuir la ansiedad relacionada.
Pueden colocarse en forma de difusor para casa (en la zona de seguridad del animal) o en collar para la calle (personalmente prefiero un pañuelo en el cuello del perro impregnado con spray, he visto mejores resultados que con collar).
Flores de Bach:
Hasta el momento no existe ningún estudio bien hecho (con diseño doble ciego y grupo control ) que avale su uso (en el único realizado con estas características, se obtuvieron los mismos resultados en grupo control y grupo en tratamiento ), lo cual no quiere decir que no funcione, pero por el momento científicamente no está demostrado.
En cualquier caso su uso es bastante incouo.
Nutraceúticos:
Existen en el mercado varios, lo lógico sería emplear aquellos de acción inmediata (tipo: adaptil comprimidos).
Ansiolíticos:
Son los más estudiados, con evidencia científica clara de su eficacia, por lo que en casos necesarios no debe dudarse en utilizarlos.
Es muy importante evitar que la experiencia del animal agrave el problema, los ansiolíticos nos ayuda a reducir los signos clínicos y mejorar el bienestar del perro durante el evento.
1.Benzodiacepinas: son el fármaco de elección en estos casos, en concreto el alprazolam es el más utilizado, por dos razones, su potente efecto ansiolítico y capacidad amnésica, provoca una amnesia retrógrada a su administración. En dosis adecuada no genera dificultad de movimiento.
Inconvenientes:
- Puede provocar efectos paradógicos (es decir que en vez de calmar, excite más al animal), esto suele ocurrir a dosis bajas.
- Hay que ajustar bien la dosis a cada animal. El rango de dosificación es muy amplio y hay que probar antes del evento para llegar a la dosis adecuada, que permita al animal hacer una vida normal, pero que esté relajado.
- En casos de perros con antecedentes de agresividad (hacia perros o personas) se desaconseja su uso (puede deshinibir la agresividad)
2.Trazodona:
Efecto ansiolitico e hipnótico a dosis bajas. Es la alternativa en los casos en que no puede utilizarse alprazolam. También conviene probar sus efectos y dar con la dosis adecuada antes de utilizarlo para estos casos.
3.NO Acepromacina
El uso de acepromacina (calmivet) está completamente desaconsejado en estos casos. Es muy común el uso de esta medicación para tratar casos agudos de fobia, pero al contrario de lo que pueda parecer (porque efectivamente el perro tiene una apariencia de mayor relajación), su uso puede empeorar mucho la situación.
La acepromacina produce un bloqueo del SNC que impide al animal moverse, pero sigue percibiendo los estímulos fóbicos mientras bloqueamos sus estrategias de huída/esconderse, por lo tanto sensibilizándole más.
4.Sileo:
Es un nuevo registro de la dexmedetomidina para el tratamiento puntual de las fobias (por su efecto ansiolítico a dosis baja por vía oral).
Lleva poco tiempo en el mercado, pero por el momento parece que la experiencias están siendo positivas (o al menos ninguna negativa, en algunos casos parece que no se ha visto ningún efecto).
Yo personalmente, prefiero el uso de alprazolam por el momento, pero para casos en que este no puede utilizarse porque es tarde para probar la dosis o por alguna de sus contraindicaciones, parece una buena alternativa.
Con el tiempo, el alprazolam dejará de ser el ansiolítico de elección en estos casos, por sus efectos adversos y contraindicaciones, pero por el momento es del que mejor se conocen sus efectos en casos de fobia.