Sofía Saiz Aúz

Mi formación y trabajo se basan siempre en evidencias científicas, y como la ciencia avanza cada día, yo sigo estudiando para poder dar un servicio de calidad y actualizado.

Al poco tiempo de terminar la carrera de Veterinaria me encontré un cachorrito de galgo abandonado en el campo. Me leí todos los libros que pude sobre educación canina, vi todos los programas de la tele, quería hacer todo bien. Pero cada vez que salíamos a la calle Fermín se asustaba, trataba de salir corriendo, empezó a ladrar a la gente que veía, no se dejaba tocar por nadie,…yo aplicaba todo lo aprendido para solucionarlo: le reñía, le castigaba con el bozal puesto por ladrar, le llevaba en hora punta a la calle para que se acostumbrara… y cada vez peor.
Fue entonces cuando empecé a interesarme por la etología, la gran desconocida dentro de la veterinaria. Después de varios años trabajando en clínica, comprendí que hay muchos problemas que desgastan la relación entre personas y animales, por no saber solucionarlos o no saber a quién acudir. Hay mucha información errónea al respecto y muchos animales terminan abandonados o eutanasiados.